domingo, 5 de agosto de 2012 | By: Akasha Okuma

Capitulo 1 ~Parte 3~


La sesión de fotos había sido agotadora, sus ojos estaban cansados y bajo el maquillaje las ojeras eran cada vez más oscuras. Se encaminó hacia el baño, como siempre hacía, por el camino cogió una botella de agua y sonrió al Sr. Meyer en un intento de comunicarle que todo estaba bien, obviamente hacía mucha que nadie creía que ella estuviese bien, por mucho maquillaje que usase para tapar sus ojeras, ni por muchas sonrisas que dedicase a su tutor.

Cerró la puerta detrás de ella y suspiró aliviada de perder de vista la cámara y a los fotógrafos. Incluso la aliviaba perder de vista la triste mirada del Sr. Meyer, él ya se habría dado cuenta de que algo andaba mal. Se apoyó contra la puerta para evitar perder el equilibrio, pasó unos minutos quiera, en silencio. Cuando el leve mareo que la había invadido minutos antes se incorporó poniéndose frente al gran espejo, un espejo en el que se reflejaba una extraña distorsión.

Bajó la mirada para ocultar al reflejo del espejo como una lágrima se deslizaba por su rostro estropeando el maquillaje que tanto le costaban ponerse por las mañanas. Está vez no ganaría. Echó agua en su cara para retirar el estropeado maquillaje y dejó que sus lágrimas se esfumaran junto a sus sueños, cayendo por una cañería en dirección a-quien-sabe-donde. Estaba cansada, demasiado.. ¿Cuánto tiempo hacía que no dormía? ¿Por qué no lo hacía? Nunca tenía una respuesta a esas preguntas, pues el espejo no era el único que se lo preguntaba.

Alzó la mirada, sin el orgullo que solía verse en las chicas de su edad que habían llegado donde ella estaba ahora, modelo. Incluso le habían ofrecido probar y meterse en el mundo del cine. Ella obviamente había aceptado, mejor dicho el Sr. Meyer había aceptado por ella, era algo habitual en él, no solía consultar nada con ella. Sus ojos marrones intensos se veían sin brillo y sin color, parecían haberte desteñido y su pelo parecía que iba a quebrarse y que su habitual negro brillante se había ido de vacaciones muy lejos, y probablemente jamás volvería.

Abrió una pequeña bolsa trasparente y arrojó su contenido al mármol oscuro del mueble, pastillas blancas y pequeñas cayeron dejando un poco de polvo blanco al impactar con el mueble, Ann sonrió intentando no mostrar a si misma el dolor que escondía. Cogió las pastillas y las tomó, lo más rápido que pudo. ¿Cuántas había? ¿Treinta? ¿Cincuenta? Ann no las había contado, pero tampoco le importaba, sabía que era todo lo que necesitaba.

Sus ojos estaba abiertos, pero su mirada comenzó a nublarse, poco a poco la habitación se volvió negra, sus piernas comenzaron a flaquear. Un fuerte golpe resonó en el baño, pero la puerta estaba cerrada. Nadie debería entrar. O quizás si. Otro golpe dañó los oídos de Ann, que yacía en el suelo prácticamente inconsciente. Alguien comprobó que aún tenía pulso y la cogió en brazos. Ann tenía sus ojos cerrados y una sonrisa en su rostro. Pronto la oscuridad dio paso a una fuerte luz, blanca. Extraña. ¿Dónde estaba? ¿Lo había conseguido? ¿Estaba muerta?

2 comentarios:

  1. Joooo!
    No me dejes así!
    Otro nuevo personaje y otra vez el suspense del final!
    Quiero el siguiente ya! Pero con uno de los tres protas que ya han aparecido..

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    1. Queda una entrada para terminar el primer capitulo. Después ya comienza la "historia" :) Gracias por leer y comentar ^^

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